Hidrógeno verde: nueva tecnología para el transporte de cargas

La guerra entre Rusia y Ucrania le ha enseñado al mundo que no se puede depender enteramente de combustibles fósiles para seguir en movimiento ya que, esta situación bélica entre ambos países sólo ha dejado en evidencia lo que desde hace años se ha planteado en la comunidad internacional: la reducción y/o eliminación de este tipo de energías que contaminan el medio ambiente y que no son beneficiosas para el planeta a largo plazo.

Eso sumado al reto climático, obliga a que el futuro sea verde.

En ese contexto, el hidrógeno verde está jugando un papel fundamental, puesto que se están desarrollando métodos de fabricación y almacenaje en depósitos con los que luego se puede cargar un vehículo (hidrogeneras - las gasolineras del hidrógeno) y el tiempo de carga solo tomará 5 minutos para tener una autonomía de 600 kilómetros.

Pero no todos estos avances se dirigen hacía los autos, sino que también se contempla el hidrógeno verde para incluirlo en la red de gas natural, usado en la calefacción de los hogares.

Y hoy CamiónGO quiere contarte sobre esta nueva tecnología que puede ser la solución a corto plazo para migrar definitivamente del uso de combustibles fósiles hacía energías más limpias, sustentables y eficientes.

¿Qué es el hidrógeno verde?

El hidrógeno verde es el que se produce con fuentes de energía limpias y renovables.

Uno de los métodos más empleados para producir hidrógeno verde es a través de la electrólisis del agua, proceso que separa el hidrógeno del oxígeno usando electricidad para romper la molécula del agua y obtenerlo, sirviendo de combustible para los vehículos, trenes y otros medios de transporte e incluso la red de gas natural, además de ser una forma no contaminante de producir energía 100% renovable.

Actualmente, el hidrógeno ya se usa en varios sectores productivos de muchos países a nivel mundial, pero el problema es que gran parte del hidrógeno es creado a partir de combustibles fósiles, con una alta carga de emisiones, como por ejemplo en la producción de fertilizantes y el proceso de refinación del petróleo, que aportan con aproximadamente un 2 % de las emisiones globales.

El empleo de hidrógeno verde para descarbonizar la producción de insumos y/o materias primas es necesaria, por lo que La Unión Europea se ha comprometido a reemplazar todo el hidrógeno "gris" derivado del gas natural para el año 2030, de acuerdo a los lineamientos de la Agenda Global de las Naciones Unidas (ONU), que busca impulsar la reducción de los costes que implica la tecnología empleada para generar hidrógeno limpio.

Sin embargo y pese a los esfuerzos que se han estado realizado para migrar hacía el uso del hidrógeno verde, el transporte marítimo representa aproximadamente el 2.5 % de las emisiones globales, puesto que es un sector que tiene pocas opciones de descarbonización, sobre todo para los viajes de largas distancias en alta mar.

Por otra parte, la electrificación es posible para viajes regionales, pero como el transporte marítimo representa la mayor parte de las emisiones del sector transporte, necesita el hidrógeno o sus derivados (amoníaco o metanol) para completar sus trayectos en el océano, por ello los biocombustibles presentan una alternativa, pero las materias primas son limitadas y se priorizan en gran medida para su uso en la aviación en lugar del sector del transporte marítimo.

Asimismo, el transporte por carretera representa aproximadamente el 4.5 % de las emisiones globales y el uso del hidrógeno verde es esencial hoy en día en el transporte pesado por carretera, por lo que ya se está asumiendo la necesidad de su empleo de forma permanente, debido a las limitaciones que tiene la densidad de energía de las baterías electroquímicas y los largos tiempos de recarga que implica recuperar la autonomía de los vehículos más pesados, ​​que cubren rutas de larga distancia.

La aviación cuenta con varias opciones de descarbonización, cuya viabilidad varía según el tamaño de la aeronave y la distancia a recorrer. Para rutas más cortas, la electrificación sí es una opción. Para rutas más largas, los biocombustibles, los combustibles sintéticos o el hidrógeno surgen como soluciones alternativas.

Sin embargo, existen obstáculos tecnológicos de diseño y de regulación que deben resolverse antes de que el hidrógeno esté listo para su uso en este sector. Hasta entonces, la aviación libre de emisiones está restringida al uso de combustibles directos que no requieren un cambio tecnológico en las aeronaves.

Ventajas y desventajas de esta nueva tecnología

El hidrógeno verde es la clave para descarbonizar el transporte, pero no en todos los sectores puede ser aplicado inmediatamente, ya que el hidrógeno es una especie de “navaja suiza” para la descarbonización, porque puede quemarse para generar electricidad o calor, servir como un insumo libre de carbono para producir acero y fertilizantes "verdes" y crear electricidad a partir de una celda de combustible para alimentar vehículos de pasajeros, camiones pesados, autobuses, aviones y buques de carga.

Sin embargo, la versatilidad del hidrógeno como solución ha creado una falta de consenso y claridad sobre las industrias que realmente lo necesitan, porque el hecho de que pueda servir como respuesta a la descarbonización, no significa que deba ser la única opción a seguir.

El hidrógeno debe ser una prioridad para los sectores difíciles, debe ser verde y debe ser utilizado donde la eficiencia energética y la electrificación directa no sean eficientes, reduciendo de forma rápida y rentable las emisiones contaminantes en la transición hacia una energía más limpia y sustentable.

Pero uno de los factores que limitan la descarbonización a nivel mundial es la escasez y el precio de la electricidad renovable que se utiliza para producir hidrógeno verde, ya que solo el 10 % de la electricidad del planeta proviene de la energía solar y eólica.

Además, debido al crecimiento demográfico y económico global, se estima que el consumo de energía se duplicará en 2050, sobre todo en la industria pesada y el transporte, por lo que el mundo necesita una infraestructura de electricidad mucho más limpia.

En este escenario que considera el uso de la electricidad a nivel macro, es importante priorizar la reducción del consumo y el uso más eficiente de las fuentes renovables.

Próximos pasos a seguir

El hidrógeno es clave para alcanzar los objetivos climáticos, pero su implementación y aplicación en sectores donde la eficiencia energética y la electrificación directa son mejores opciones, dificultará la capacidad para descarbonizar el sistema energético de manera rápida y rentable.

Para maximizar el uso eficiente de la electricidad limpia en todo el mundo, se debe usar hidrógeno cuando estas soluciones no sean posibles.

El transporte pesado por carretera, los fertilizantes, el proceso de refinamiento del petróleo, la petroquímica y la fabricación de acero son los sectores productivos e industrializados  dónde el  hidrógeno puede hacer la diferencia y establecer el modelo a seguir.


Si te gustó este tema, puedes encontrar más de ellos ingresando en este link

www.camiongo.com/blog