El problema que le impide a la economía circular operar en más empresas

Si se busca la definición de “Lobby” se pueden encontrar explicaciones que definen esta palabra como:

“Grupo de personas que se organizan con la finalidad de presionar a un determinado gobierno o empresa para influir en la toma de sus decisiones políticas y económicas que afecten a un bien específico”.

Ahora bien, si hablamos de lobby en el terreno de la economía circular, nos podemos encontrar con aquellos grupos y/o conglomerados que ejercen presión para que sus intereses económicos no se vean afectados por las decisiones que benefician a la mayoría de las personas.

Como es el caso de las empresas productoras de plástico o las empresas petroleras, que buscan defender sus intereses para no ver perjudicadas sus ganancias a través de la elaboración y venta de sus productos en el mercado.

Pero…

¿Por qué el Lobby afecta la economía circular?

Primero, se debe entender que la economía circular es un modelo de producción y consumo que implica:

  • Compartir
  • Alquilar
  • Reutilizar
  • Reparar
  • Renovar
  • Reciclar materiales y productos existentes

Y esto debe hacerse todas las veces que sea posible para crear un valor añadido a este modelo de producción y consumo.

Así el ciclo de vida de los productos se extiende generando un impacto positivo en las industrias, modelos de producción de insumos y/o productos y finalmente en las personas que consumen esos productos.

Los grandes niveles de contaminación plástica en los océanos y en la tierra del planeta están motivando un debate cada vez mayor entre los diferentes puntos de vista.

Muchos especialistas en la materia defienden una reducción masiva de la producción de estos materiales, pero otros afirman que el objetivo debería ser reutilizar todos esos recursos y volverlos a poner en circulación, generando riqueza que podría proporcionar un modelo como la economía circular.

Puesto que este modelo se rige por estándares de producción y consumo más sostenibles, donde las materias primas se mantienen más tiempo en los ciclos productivos y pueden aprovecharse de forma recurrente, generando menos residuos.

Por ello, el Lobby que algunos monopolios económicos como el petrolero, petroquímico y el del plástico han levantado en contra de este tipo de economías han impulsado su proliferación en muchos países, pero al mismo tiempo, han frenado su implementación en muchas empresas que aún siguen sin ver las consecuencias climáticas y medioambientales de sus modelos de producción basados en los combustibles fósiles.

¿Y qué hacemos con el plástico?

Como material, el plástico es una de las mayores creaciones del ser humano.

Por la composición de su química, puede ser fabricado de forma masiva, a bajo costo y en grandes cantidades.

Pero el mayor defecto del plástico es precisamente su perfección ya que:

  • Son resistentes a la erosión
  • No se descomponen a la intemperie
  • Muchos de ellos son impermeables
  • Y si se descomponen, solo se fragmentan en minúsculos trozos (llamados microplásticos), pero su química molecular continúa siendo la misma a pesar del paso del tiempo.

Esto genera una gran preocupación desde el punto de vista medioambiental y de salud, puesto que son materiales que afectan a la tierra y a los seres humanos en todos los ámbitos de interacción con este producto.

De igual forma, los plásticos se obtienen del proceso de hidrocarburos y actualmente existe una gran cantidad de industrias y sectores productivos en muchos países que dependen de estos materiales para la fabricación de sus productos.

Lo que induce a organismos como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a tomar medidas más estrictas y radicales en esta materia, a fin de frenar el impacto negativo que el plástico produce en el planeta, enfrentando de alguna manera a las grandes corporaciones que han presionado mediante el Lobby para no perder sus beneficios económicos.

A pesar de todo, aún existe solución…


Al Lobby que enfrenta la economía circular para poder ser implementada en la mayoría de las empresas que hoy representan el sector productivo en muchos países ante el avance de las energías más sustentables, permitiendo que los mercados no sean tan monopolizados por estos conglomerados.

Para muestra de esto, en países como España, China, Estados Unidos, Japón y el Reino Unido se ha demostrado desde el año 2020 que este tipo de modelo sustentable no debe ser visto como una amenaza para el desarrollo económico, sino todo lo contrario, y ser implementado poco a poco dentro de las industrias, modificando metodologías de producción y/o consumo por las personas.

De igual forma, los gobiernos juegan un papel importante en la legislación, aplicación y fiscalización de la economía circular en cada país, ayudando a transformar la conciencia colectiva que se tiene de este tipo de modelo económico, cuyo impacto en el medio ambiente y el nivel de vida de las personas es en gran medida beneficioso.

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